Glosario de Formas de Galicia

Lo vernáculo es lo nativo, lo propio, lo característico de un territorio y de un país. En lo referente a la arquitectura vernácula, sus formas son el resultado de la comprensión racional de unos condicionantes contextuales análogos a los retos de nuestra era —la disponibilidad de materiales, la adaptación al clima y al relieve, las necesidades vitales y productivas— y su traducción intelectualizada a elementos cuya belleza reside en su coherencia, su austeridad y su humanismo.

Hace más de cinco años tomé la decisión de observar, estudiar y documentar la arquitectura popular de Galicia. Creí que podría hallar en ella la raíz material y formal de la creación en este territorio y, a partir de ahí, traerlas paulatinamente al presente y proyectar sus ramas hacia el futuro. Además de los cientos de viajes por las carreteras secundarias de las cuatro provincias gallegas, el aprendizaje se ha ido decantando gracias al trabajo previo de personas como Pedro de Llano, Xaquín Lorenzo o Manuel Caamaño Suárez.

Ahora, en 2021, he comenzado a poner orden en mi archivo personal y a ejecutar un trabajo que tenía pendiente y que quizá sea para toda la vida: la elaboración de un Glosario de Formas de Galicia digitalizado, comentado y ordenado por municipios, zonas y provincias. Y he decidido iniciarlo con uno de mis casos de estudio favoritos, las balaustradas de Corme (Ponteceso, Costa da Morte, A Coruña).

Este quiere ser un glosario de formas inéditas, las que ya exploró el Laboratorio de Formas y las mismas que le describía Luis Seoane a Isaac Díaz Pardo en una carta de 1965 y en la nos retaba a los artistas del futuro diciéndonos que “ahí están para quien sepa recogerlas”. Con el tiempo he acabado por aprenderme esa carta de memoria. Supongo que estoy recogiendo el guante.